Cuando Ashley*, miembro de Kaiser Permanente Georgia, llamó por primera vez a Asesoramiento Telefónico sobre Salud y Bienestar para hacer una cita, su meta era simplemente completar la última etapa del programa de bienestar para cobrar su recompensa de incentivos.
Sin embargo, durante esa primera llamada con su asesora para manejar el estrés, se dio cuenta de que necesitaba más ayuda de la que pensaba. “En la primera llamada era un desastre; mi vida estaba destruida. Me di cuenta de lo abrumada que me encontraba y lloré”. Ashley también recordó que su asesora la hizo sentir segura enseguida. “Liz simplemente me escuchó. Con mucha frecuencia, las personas son rápidas para opinar. Liz nunca me dijo qué hacer. Pensé: ‘esta persona no me conoce ni conoce mi historia de vida’, por lo tanto, no me juzgó”.
Como educadora que recién recibió un ascenso y madre soltera sin mucho apoyo, Ashley se sentía completamente agotada y sumergida en el hábito que había desarrollado de ponerse siempre en último lugar.
En cada llamada, Ashley establecía pequeños objetivos alcanzables, y le gustaba tener esa responsabilidad. “Incluso en los momentos en los que no tenía mucho éxito, nunca sentí que era una decepción. Era capaz de reflexionar y adaptarme para la próxima vez”. Se dio cuenta de que podía ser reflexiva, una de las cosas más importantes que aprendió. En lugar de funcionar en piloto automático, empezó a pensar realmente en sus propósitos y en como diseñar un camino hacia el éxito.
Durante los siguientes meses, Ashley dijo que su asesora, Liz, se convirtió en un faro de luz. En cada llamada, Ashley aprendía a reflexionar y concederse el permiso para definir lo que necesitaba. “Liz me ha hecho muy dichosa; ha sido fenomenal”.
Desde esa primera llamada, Liz confió en Ashley. “La primera vez que hablamos, ella estaba muy abrumada y era difícil hacerle ver que había un camino hacia adelante. Claramente, se trataba de una mujer fuerte, independiente y capaz, pero su habilidad para manejarlo todo, sin importar el costo, le impedía llevar una vida equilibrada. Si bien Ashley no estaba acostumbrada a recibir ayuda de los demás, se mostró muy abierta cuando hablamos sobre cómo podrían cambiar las cosas para ella si dejaba de lado la necesidad de manejar todo sola. ¡Y la situación verdaderamente cambió! Ha sido un gran honor trabajar con Ashley durante los últimos meses y ser testigo de su increíble crecimiento. No solo desarrolló una rutina equilibrada que prioriza su propio bienestar y el de las personas que la rodean, sino que su mentalidad también cambió. Está aprendiendo de los contratiempos y parece cada vez más segura de sí misma para continuar construyendo la vida que desea y merece”.
Actualmente, Ashley se siente una persona distinta después de terminar el asesoramiento.
“Ahora veo el vaso lleno y soy una mejor madre. Mi hijo se alimenta de mi energía positiva. He sido capaz de retomar el control, me siento empoderada y puedo determinar el tipo de vida que quiero”.
*Se cambió el nombre para proteger la privacidad de la miembro.
Las personas de las fotos son modelos, no participantes reales del programa.
