Cuando Rosa, de 52 años, notó que los impactos de la pandemia seguían pesando sobre ella, se dio cuenta de que era momento de buscar apoyo. Cumpliendo muchas funciones y tratando de ser fuerte y apoyar a sus hijos, a su esposa y a sus estudiantes, Rosa comenzó a sentirse aislada a medida que el trabajo a distancia comenzó a afectarle. Rosa recuerda: “La vida se desmoronaba ante mis propios ojos. Intentaba aguantar pero no sabía cómo. Sentía que me resbalaba”.
Cuando Rosa llamó al Departamento de Salud del Comportamiento de Kaiser Permanente, le ofrecieron probar algunos recursos. Uno era el taller “Estrés y salud emocional” del Centro para una Vida Sana, y el otro era un terapeuta fuera de Kaiser Permanente. El taller de control del estrés le llamó la atención porque era presencial y el lugar más fácil para comenzar.
El día del taller, lo primero que notó fue que nadie en la sala se parecía a ella. “¿Conoces esa sensación que tienes cuando entras a una sala y las personas no se parecen mucho a ti? Y solo piensas: ‘Está bien, superemos esto y hagámoslo’”.
Ella recuerda haber pensado: “Voy a parecer una mujer negra enojada cuando cuente mi historia”. El taller estuvo compuesto por 3 personas: Rosa, una mujer blanca mayor y una facilitadora latina. El escepticismo empezó a aflorar. Rosa dijo: “Yo me basaba más en la población negra, donde siempre [pensamos], ‘Oye, no necesitas hablar con nadie, solo tienes que rezar por ello’”. En cuestión de segundos, estos pensamientos basados en creencias generacionales y experiencias vividas comenzaron a bombardear su mente.
Rosa recuerda haber pensado: “Está bien, intentaré esto porque en la forma en que crecemos como cultura… como afroamericanos, todo se trata de rezar al respecto. Y no necesitas sentarte en el sofá de ningún hombre blanco para que evalúen quién eres”. A pesar de la narrativa en su mente, se dio ánimos para mantenerse en el taller. Y encontró útiles los ejercicios escritos, compartir en voz alta y la retroalimentación de la facilitadora. Más tarde, en casa, Rosa revisó sus respuestas en la guía del taller y se dio cuenta de que había algunas cosas que podía cambiar para ayudar a controlar su estrés y que el taller había sido útil después de todo.
Esa había sido la primera vez que Rosa utilizaba un recurso de Kaiser Permanente que no fuera una consulta al médico. Ella recordó que el acto de dar el primer paso y estar en el taller le resultó liberador.
“Es algo que no va en contra de lo que me enseñaron, así que me sentí liberada en cierto sentido y sentí que, ya sabes, recurrir a estos recursos puede ayudar. Sabía que lo que estaba haciendo no me estaba ayudando”.
Rosa había llegado a un punto de desesperación que la llevó a intentar cualquier cosa, incluso si significaba ir en contra de percepciones arraigadas. Como resultado de tomar esta iniciativa, Rosa descubrió un nuevo mundo. “Fue una puerta que se abrió a otras cosas que podrían ayudar y eso, creo yo, es lo más importante”. Rosa continuó participando en un programa piloto único de reducción del estrés basado en la atención plena para personas negras, indígenas y de color que se ofreció en San Diego.
El proceso de Rosa demuestra valentía al reconocer el sufrimiento que estaba experimentando, derribar los estigmas sobre el apoyo a la salud mental que le inculcaron o que observó al crecer, y superar la creencia de necesitar ser un superhéroe para los demás. En lugar de eso, Rosa eligió buscar apoyo y ofrecerse a sí misma compasión y ternura.
Ahora Rosa está ayudando lentamente, una persona a la vez, a cambiar la narrativa y diciendo a las personas en su círculo que está bien buscar ayuda y pedir apoyo. “Creo que estas clases ayudan no solo a la persona, sino a la comunidad en cierto sentido, porque puedo tomar lo que he aprendido y compartirlo con mi hija. Y así es como somos en nuestra cultura. Si alguien ha hecho algo y sabes que funciona, más personas lo intentarían”. Rosa ofrece la esperanza de que cada generación pueda adoptar una mejor manera de favorecer su bienestar mental.
Si se siente listo para hacer algunos cambios en su estilo de vida y desea descubrir cómo el Centro para una Vida Sana puede favorecer su salud mental, visite la página de Salud mental y bienestar en el sitio web para conocer programas y herramientas de bienestar.
Las fotos muestran modelos, no participantes reales del programa.