En general, se recomienda evitar cualquier tipo de alcohol (cerveza, vino, licor o cocteles) después de la cirugía.
¿Por qué?
- El alcohol tiene muchas calorías. Puede reducir la pérdida de peso y causar aumento de peso.
- La tolerancia al alcohol cambia. Se absorbe mucho más rápido en la sangre y se queda en su sistema por más tiempo.
- El alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar una úlcera.
- El alcohol aumenta el riesgo de tener un nivel bajo de azúcar en la sangre (una condición peligrosa que puede causar la pérdida de la conciencia y daño cerebral o nervioso).
- El alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar una nueva adicción, especialmente en las personas con antecedentes de adicciones.
- Uno de cada cinco pacientes desarrolla un trastorno por consumo de alcohol dentro de los 7 años posteriores a la cirugía.
