Algunos cirujanos recomiendan que la cafeína en todas sus formas (café, té, bebidas energéticas) se evite para siempre después de la cirugía. Otros dicen que se pueden permitir cantidades pequeñas a partir de la etapa 4 del plan de alimentación después de la cirugía o más adelante, cuando sea capaz de cumplir todos sus requerimientos de líquidos.
¿Por qué?
- La cafeína provoca que el cuerpo aumente la orina y la expulsión de agua fuera del cuerpo. Un exceso de cafeína puede causar deshidratación, que ya tiene alto riesgo de padecer después de la cirugía.
- Las bebidas con cafeína a menudo son ácidas, lo que puede causar irritación en el estómago.
- La cafeína puede reducir la absorción de algunas vitaminas y minerales porque su aparato digestivo ha cambiado.
- La cafeína a menudo se combina con bebidas azucaradas y altas en calorías, que pueden provocar un aumento de peso o el síndrome de evacuación gástrica rápida.
- Un exceso de cafeína puede provocar problemas digestivos, que pueden causar diarrea o reflujo gástrico.
Las recomendaciones relacionadas con la cafeína varían de un cirujano a otro, sin embargo, estos son algunos consejos generales a seguir si elige tomar cafeína:
- Evite la cafeína al menos hasta la etapa 4 (5 a 6 semanas después de la cirugía).
- Considere también evitar o limitar el café descafeinado. Contiene pequeñas cantidades de cafeína y taninos que pueden bloquear la absorción de vitaminas y minerales.
- Limite el café o té a 1 taza pequeña (12 onzas o 200 mg de cafeína) al día y observe si lo tolera.
- Manténgase hidratado. Intente tomar 64 onzas (8 tazas) de bebidas sin calorías y sin cafeína al día.
- Tome sus suplementos de vitaminas y minerales, pero evite tomarlos con bebidas que contengan cafeína, como el café o el té.
- Separe sus suplementos de cualquier bebida con cafeína por al menos 2 horas.
- Sea consciente de lo que le agrega a su café o té.