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Zetta encontró un equilibrio saludable a su manera

Cuando un problema de salud hizo que Zetta buscara hacer cambios en su estilo de vida, pudo encontrar el equilibrio y celebrar sus nuevos hábitos saludables.

A Zetta, miembro de Kaiser Permanente del Sur de California, le gusta hacer las cosas a su manera, no le gusta que le digan qué hacer y prefiere tener opciones. Después de que su hijo tuviera un problema de salud a causa del COVID-19 y de que el médico le dijera a Zetta que le terminarían diagnosticando diabetes si seguía así, ella decidió tomar el control de su salud. No quería las inyecciones de insulina, así que se inscribió en el programa Healthy Balance del Centro para una Vida Sana, un programa de apoyo para controlar el peso y prevenir la diabetes.

Zetta ya había comenzado su camino hacia la salud con el ayuno intermitente. Le sirvió para bajar las primeras 4 libras, pero se dio cuenta de que siempre tenía hambre. Healthy Balance logró cambiar eso. Aprovechando los consejos de los talleres, Zetta disminuyó las bebidas con azúcar y aprendió que no tenía que negarse ningún alimento. “Te puedes dar el gusto de comer algo dulce, pero no puede ser el plato fuerte”, dijo.

“Todo con moderación”.

Zetta explicó que, gracias al taller Healthy Balance, aprendió a comer. Por motivos culturales, la criaron para comer todo lo que le pusieran enfrente: pollo frito, pescado frito, chuletas de cerdo fritas, puré de papa, ensalada de papa. El taller le enseñó que podía disfrutar tres comidas balanceadas sin tener que pasar hambre. Zetta sabe que un plato saludable incluye proteína, verduras y granos enteros o almidón. Aprendió a medir los tamaños de las porciones con la palma de la mano y le dio mucho gusto saber que podía comer todas las verduras de hoja verde que quisiera. Este fue un gran punto de inflexión y ahora Zetta puede decir con mucho orgullo que se termina toda la bolsa de ensalada. ¡Ya no se le echa a perder en el refrigerador!

Como resultado de los cambios en su estilo de vida, Zetta logró perder 12 libras. Antes de perder peso, la rodilla se le hinchaba e inflamaba cuando bailaba. Estos síntomas desaparecieron apenas perdió peso. Ahora Zetta baila, procura caminar y prefiere usar las escaleras antes que el elevador, cuando puede.

Zetta afirma que lo único que quiere es seguir aquí: “Nos ocupamos tanto cuidando a los demás que no nos cuidamos a nosotros mismos”. Ella ahora celebra su salud y espera con ansias irse de crucero.


Las fotos muestran modelos, no participantes reales del programa.

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